En la denominada Batalla de Levante se viven más de cien días de fieros combates que enfrentan a casi 400.000 hombres, el doble que en el Ebro. Los dos ejércitos realizan un gran despliegue. Las tropas de los sublevados desplazan a cerca de 130.000 hombres, 645 piezas de artillería y 400 aviones. El ejército republicano unos 200.000 hombres, 300 piezas de artillería y 120 aviones.

El Jefe de Estado Mayor del Grupo de Ejércitos ordena “Defender a toda costa las posiciones que se les confían, sin pensar en el repliegue, teniendo en cuenta que su resistencia ha de permitir al Ejercito de Levante retirarse al amparo de la línea, con lo que dispondrá del tiempo necesario para reorganizar sus Unidades desgastadas”.

Tras conquistar Castellón, el plan del ejército nacional era fijar el frente en la línea Segorbe-Sagunto para luego avanzar hacia Valencia.

Durante el mes de julio de 1938 los bombardeos de la Aviazione Legionaria Italiana y la Legión Cóndor alemana, aliadas de las fuerzas franquistas, son continuos y arrasan, entre otras, Soneja, Bejís, Jérica, Viver, Caudiel, Benafer, Teresa y El Toro, siguiendo una estrategia concebida para sembrar el terror en el campo enemigo y desmoralizar a la población.

La infantería italiana avanza en cinco días 95 kilómetros hasta que llega a la fortificación de Viver, donde se atrincheran dos cuerpos de ejército republicano. Este enclave defensivo de 4 kilómetros es determinante para frenar el paso de las tropas nacionales.

El 13 de julio las tropas franquistas lanzan su primer ataque masivo 400 piezas de artillería y más de 300 aviones abren fuego sobre las defensas republicanas. La ofensiva resulta infructuosa frente a la resistencia del Ejército Popular, la aviación nacionalista no logra inutilizar las defensas republicanas ocultas en el terreno montañoso.

Del 18 al 23 de julio se produce una encarnizada lucha con incesantes bombardeos y combates cuerpo a cuerpo, la Guerra Civil española se decide en la comarca del Alto Palancia.

El 20 de julio las tropas del bando sublevado, con una gran superioridad en aviación y artillería, inician un intenso bombardeo sobre las posiciones enemigas. Tres días de fuego incesante que no consigue reducir las líneas republicanas.

A continuación, la infantería lanza durísimos asaltos con gran despliegue de tropas, pero el esfuerzo es inútil, los defensores republicanos han aprendido a sacar el máximo partido a las irregularidades del terreno, que defienden “palmo a palmo”, los avances enemigos son repelidos con fuego cruzado de ametralladoras desde muy diversas posiciones, la toma de una trinchera podía ser tan sangrienta como infructuosa ya que no afecta al conjunto del sistema defensivo y supone siempre una conquista a costa de numerosísimas bajas, un verdadero infierno con infinidad de víctimas, unas 20.000 por el bando nacional y 5.000 por el republicano.

En la Batalla de Levante combaten entre 14 y 15 divisiones de cada lado, siendo la batalla de la Guerra Civil donde más soldados han luchado al mismo tiempo.

A partir del día 24 el frente queda en relativa calma exceptuando algunos tiroteos. Entre tanto, llegan las noticias de que las tropas republicanas han cruzado el Ebro y los franquistas suspenden todas sus operaciones en la zona desplazando la mayoría de sus tropas y material al nuevo frente. El Ejército Popular había ganado la batalla, la línea XYZ en el Alto Palancia fue el muro contra el que se estrelló Franco, sus tropas quedaron detenidas a tan solo 40 kilómetros de Valencia.

“Madrid revive en el frente de Viver”

Vicente Rojo

Jefe de Estado Mayor del Ejército republicano